miércoles, 25 de mayo de 2011

Todos juntos: ¡Fujimori nunca más!

Hasta hace muy pocos días este blogger estaba convencido de que el 5 de junio próximo -en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales- viciaría su voto en las ánforas. El posible regreso al poder de la más sórdida organización criminal que haya gobernado el país (el partido de Fujimori) y la poca credibilidad del suscrito respecto a las propuestas del candidato nacionalista, mantuvieron viva la preocupación y el escepticismo con que todo este tiempo he observado los acontecimientos políticos de la escena peruana.
A escasos días de una jornada decisiva para los peruanos, mi enérgico rechazo a la amenaza, la libertad y la democracia puede más. Tantos años y tanta sangre costó expectorar al dictador Fujimori de nuestras vidas. Es deber de todos los que hemos vivido los años más aciagos de nuestra existencia contarle a los más jóvenes la verdad de las cosas. Así fue: se asesinó a miles de inocentes (hombres, mujeres y niños), se desapareció a estudiantes, campesinos y dirigentes sindicales (porque eran incómodos para la dictadura, porque reclamaban nuestros derechos), se esterilizó contra su voluntad a casi medio millón de mujeres, se violó la libertad de prensa y opinión, se puso en práctica el más grande latrocinio del tesoro y los bienes del Estado que la historia peruana tenga registrada, se intervino militarmente nuestras universidades, se oficializó una alianza con el narcotráfico, se ejecutó un terrorismo de Estado y un largo y desgraciado etecé (a ver si me ayudan a hacer memoria).
Al otro lado de la cédula se encuentra el candidato presidencial Ollanta Humala, a quien vimos hace unos días en la Casona de San Marcos jurar públicamente defender la libertad, el orden legal y los derechos humanos. A pesar de la desconfianza que nos pueda generar ciertos aspectos de su plan de gobierno, así como algunos hechos de su pasado reciente, desde esta trinchera cultural llamamos a apoyarlo con nuestro voto, en la medida que el destino lo ha colocado como la única vía para impedir el regreso de la siniestra organización fujimorista. Como sociedad civil que somos es nuestro deber vigilar la conducta y el cumplimiento de todo lo que ofrece el candidato nacionalista. Nuestro apoyo en las ánforas no representa una carta abierta. Con actitud vigilante, desde este blog llamamos a la unidad de los peruanos dignos y responsables este 5 de junio. Este post es un acto de fe, de amor por el país y por nuestros hijos, un acto de esperanza. Ha llegado la hora de decirle no a los asesinos y ladrones que hoy quieren regresar impunemente. Tenemos memoria, estamos de pie para impedirlo, tenemos dignidad.

domingo, 15 de mayo de 2011

Notas sobre la twittósfera de Chimbote

A pesar que Twitter tiene ya cinco largos años de vigencia en la red, tiempo durante el cual se ha convertido en hábito diario de millones de personas en todo el mundo, a este blogger le llama poderosamente la atención que en mi ciudad quienes se supone deberían estar interesados en el tema lo ignoren, hagan como que no lo perciben o ven (con ellos no es la cosa), lo cual no hace sino poner en evidencia el derrumbe de viejos paradigmas comunicacionales, el miedo al futuro (en realidad al presente) y las dificultades de muchos para adaptarse a los cambios que el mundo civilizado impone. A caballo entre el chat y la mensajería instantánea, el microblogging crece: ya son 200 millones de usuarios y 130 millones de tweets al día. Pero al respecto, ¿qué sucede en Chimbote?, ¿qué tanta atención le prestan los portuarios a Twitter?, ¿qué tan importante es para sus relaciones interpersonales, de negocios, para su interacción laboral, su día a día?
Para variar, y como en Chimbote no existen estudios que analicen o hayan analizado científicamente los fenómenos colectivos producidos por la actividad social en la web 2.0, procederemos a ensayar algunos comentarios dentro del contexto en el cual habitamos.
La relación entre el microblogging y el periodismo es intrínseca; sin embargo, en mi ciudad la gran mayoría de periodistas no tiene cuenta en Twitter y los que sí la poseen se limitan a retwittear a los medios tradicionales (que sólo han trasladado sus agendas periodísticas a la red: siguen siendo los mismos de la versión en papel), a seguir a los “gurús” del establishment periodístico peruano, a seguirse entre ellos (todavía tienen un huevo en vez de fotografía), y a linkear (única y exclusivamente, en el caso del mínimo porcentaje que linkea) a su propio medio online. Los medios de comunicación del puerto no experimentan, no capacitan a su personal en temas tech, no rompen la rutina y carecen de disciplina en la red. Los periodistas de Chimbote presentes en Twitter no se han preocupado por construir una comunidad, por cubrir eventos en vivo, mucho menos por fomentar la participación de sus exiguas audiencias en forma frecuente. ¿Cómo pretenden difundir información si no tienen quién los lea o escuche?, ¿por qué no se aprovecha el aporte de los lectores? En Chimbote la radio de más credibilidad tiene sólo 84 followers y 2 listas, hay días (incluso semanas) en que no actualiza su estado, se limita a linkear a su propia web, no conversa con los usuarios, y sus periodistas o no tienen cuenta en Twitter o sí la tienen no linkean, tampoco la actualizan por meses o le han puesto candado para proteger lo que dicen (¿?). A nivel institucional el panorama es prácticamente el mismo y en algunos casos (salvo honrosas excepciones) incluso peor: la Municipalidad Provincial del Santa, su similar de Nuevo Chimbote, el Gobierno Regional de Áncash, el Obispado, los colegios profesionales y casi todas instituciones “representativas” de la ciudad son ajenas a la poderosa red de microblogging. En ese sentido, la Cámara de Comercio del Santa está innovando: su cuenta de Twitter bordea ya los 100 followers y la actualización es diaria, temática y permanente; algo similar ocurre con la Comisión de Justicia Social (que ojalá twitteara a diario y utilizara hashtag con más frecuencia).
El caso de las universidades –al igual que el de los periodistas- es también sintomático: la Universidad Nacional del Santa tiene sólo 51 seguidores en Twitter, enlaza siempre a Facebook (¿?) y sólo una persona la ha enlistado; la Universidad San Pedro cuenta sólo con un follower, con una sola lista y no twittea desde diciembre pasado (en que dicho sea de paso inauguró su cuenta); la Universidad César Vallejo tiene 171 seguidores, 7 listas y no actualiza desde marzo de 2010; Uladech cuenta con 122 followers, 7 listas, pero no twettea desde septiembre de 2009; la Universidad Alas Peruanas no tiene cuenta alguna en el microblogging. En todos los casos, las universidades chimbotanas no comprenden ni apuestan por Twitter como la poderosa herramienta de marketing que es, sus autoridades todavía piensan que se trata sólo de conversaciones superficiales e insignificantes acontecimientos diarios y noticias: grave error que se paga caro con el paso de los tweets, del tiempo.
A través del hashtag #chimbote es posible visualizar la escena, la realidad que vivimos: ahí están los que son o intentan ser algo en el puerto (en todo caso los que aportan contenidos o citan de alguna forma a nuestra ciudad). En medio del caos de información -pública y privada, relevante y accesoria, seria y en broma, trascendente y cotidiana, canalizada por amigos, personajes públicos, desconocidos, empresas y medios de comunicación- hay quienes están por encima del promedio porque twittean permanentemente (habitan en la red), porque son líderes de opinión en Twitter, porque han encontrado un “nicho de mercado” y porque aportan contenidos de calidad que son compartidos por el resto de manera inevitable e infinita. El fenómeno avanza en Chimbote lentamente pero a paso firme, sobre todo entre los estudiantes y entre quienes se han tomado en serio el rol social que cumplen sus marcas y empresas en la sociedad en que vivimos. Twitter avanza en el puerto pero también es cruel: en Chimbote hay quienes son seguidos por miles de personas, mientras que otros (muchas veces con gran popularidad en el mundo físico) son absolutamente ignorados en la red debido a que “no aportan” contenidos o no saben cómo conducirse ecuánimemente en el microblogging. En Twitter, si te rodeas de gente interesante, te llegará información interesante. Y si dices algo relevante y ocupas la posición correcta en la red, tu mensaje puede obtener repercusión mundial instantánea (en resumidas cuentas es como en la vida misma, pero de forma infinitamente más sencilla y rápida).
Podría seguir escribiendo aquí sobre asuntos nada geeks y frikis como muchos piensan, pero esta primera parte de notas sobre la twittósfera del puerto se está extendiendo demasiado. En una próxima entrega abordaremos casos y temas más específicos (espero sugerencias y críticas). Es tarde, han entrado varios DM`s a mi bandeja, debo irme porque hace cuarenta minutos estoy ausente de Twitter y además el lomo saltado al vino que humea sobre mi mesa (le han echado un vaso entero, no medio vaso) me está esperando.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Chimbote, sus gestores culturales

Quienes en Chimbote son conscientes de su condición de gestores culturales, de su capacidad de emprendimiento y liderazgo, de su visión, percepción y estrategias al momento de encaminar un proceso y echar a andar la maquinaria hacia determinados objetivos, son muy pocos, pero son. Y es que responder a las más variadas necesidades de información y documentación del gestor cultural, no es sencillo; los procesos de toma de decisiones inherentes al desempeño profesional se complican: pocos pueden dedicarse a esta profesión trascendente y al servicio de la construcción de un imaginario muchas veces intangible pero prioritario.
Los gestores culturales de Chimbote no son conscientes de su condición en la abrumadora mayoría de los casos, urge generar para ellos un espacio de reflexión y encuentro, incorporarlos al manejo de herramientas proporcionadas por las nuevas tecnologías de la comunicación y la información, porque ellas constituirán –desde el modesto punto de vista de este blogger- su principal arma contra la desidia institucionalizada y la indiferencia.
Los gestores culturales como profesión existen desde hace décadas. Actualmente, en los países desarrollados y también en los emergentes, la profesión se ha consolidado no sólo dentro del mundo cultural, si no también fuera de ese “cerrado” universo. Los gestores culturales se encuentran ad portas del pleno reconocimiento profesional, el mismo que les otorgará fisonomía y personalidad propia. Mientras, sería bueno reconocerse, intimar, reunirse para dialogar y tener en claro algunos objetivos comunes.
Quienes contribuyen al desarrollo y fortalecimiento del espacio cultural en el puerto con un servicio de información y documentación a través de internet, son pocos (ya lo hemos mencionado) pero son. Quienes apoyan la labor profesional de los responsables del área de “cultura y deporte” en municipios, gobiernos regionales y otras burocráticas instituciones similares, organizando actividades culturales múltiples, también son pocos, pero existen: ahí están. De los gestores culturales “independientes” mejor no hablamos: son los más numerosos y activos, los más trascendente e interactivamente productivos, los más olvidados.
Ya es tiempo de que los gestores culturales de Chimbote “gesten” su propia organicidad, diseñen su propio destino. Ya es hora de que el puerto deje ser una de las ciudades del interior con más escritores, artistas plásticos y con la escena emergente con más posibilidades de desarrollo (no basta ser considerados como “eterna promesa”). Ya es tiempo de exigir a las instancias gubernamentales (tú alcalde, yo municipio; tú presidente regional, yo ciudadano) un desarrollo auténticamente humano para los chimbotanos, calidad de vida integral de las personas y satisfacción de necesidades y aspiraciones más intangibles y profundas, a las cuales únicamente se accede mediante el acceso y el goce a los bienes simbólicos que provienen del arte y la cultura.
Chimbote jamás tendrá políticas culturales si no las exigimos nosotros, urge gestionar una verdadera institucionalidad cultural pública, con personal idóneo, presupuestos dignos e instrumentos que faciliten la participación de todos en la vida cultural que finalmente es del pueblo y nos pertenece. Como antecedente hemos tenido algunas experiencias que lamentablemente naufragaron en el camino. Nunca es tarde para volver a empezar.

Investigación universitaria: unas cuantas verdades

De las decenas de notas de prensa que llegan a diario a “Marea cultural”, rescatamos una que hoy nos llamó sobremanera la atención, quizá porque está íntimamente relacionada con la tan venida a menos educación superior en el Perú, un tema al cual nos hemos referido mucho en el pasado (en el papel, el digital y el mundo real) y del cual resta mucho que decir, analizar y discutir. La nota de prensa en cuestión anuncia la presentación en las próximas horas del libro “La Producción Científica en San Marcos. Hechos, cifras y estándares internacionales 2002-2010”, volumen de 684 páginas que recoge mediciones de Thomson-Reuters y que registra las publicaciones científicas en revistas indexadas por la Science Citation Index Expanded a nivel mundial, una publicación que dentro de poco estará en nuestras manos y que seguramente comentaremos por aquí.
Pero lanzamiento del libro es sólo un pretexto para referirnos al pobre desempeño de nuestras casas superiores de estudio (si así se les puede llamar) en el campo de la investigación. Sólo cinco universidades peruanas (tres públicas y dos privadas) realizan investigaciones científicas bajo estándares internacionales, hecho a todas luces escandaloso si tenemos en cuenta que actualmente existen 122 “universidades” en el país, cada una de las cuales se esmera cada vez más en marketear su condición de centro de fomento de la investigación, de innovación, eje central de la “calidad total” y de la excelencia académica “debidamente acreditada”.
La casa que debe educar, el espacio al cual concurren profesionales capacitados para ejercer dicha labor y estudiantes con ansias de aprender, es una mera ficción en el país en que vivimos. Las seudo universidades proliferan en cada esquina (se han convertido en una plaga, en una enfermedad endémica) sin que exista el propósito de mejorar productos y servicios educativos, capacitación y liderazgo, mucho menos el anhelo de elevar el nivel de instrucción y formación en ética y valores inherente al orden y el ejercicio profesional.
Entre las universidades estatales, San Marcos registra 366 publicaciones científicas anuales, seguida de la Universidad Agraria de La Molina con 93 y la Universidad Nacional de Ingeniería con 70 artículos. En las privadas, la Universidad Peruana Cayetano Heredia registra 714 publicaciones científicas y la Pontificia Universidad Católica del Perú cuenta con 225. Los criterios bibliométricos utilizados para medir la producción científica en el ámbito regional iberoamericano echan por tierra cualquier verdad aparente: qué lejos está el Perú del horizonte académico universitario de la ciencia internacional.
La Universidad Estatal de Sao Paulo, por ejemplo, produce 5,484 artículos anuales y está muy cerca de alcanzar los niveles de producción científica de Stanford University (6,178 artículos) y de la Universidad de Cambridge (5,900 artículos). El presupuesto asignado a la universidad brasileña (ascendente a 350 millones de dólares, más sus fondos de investigación y sus recursos de patentes) revela el gran impulso que el país vecino le ha dado a la investigación científica. ¿Y nosotros, los peruanos?, ¿y Áncash?, ¿a cuánto asciende el presupuesto de la Universidad del Santa destinado a investigación científica?, ¿y la Unasam?, ¿y las otras úes privadas que pululan en mi ciudad?
El problema educativo es un problema social grave que se encuentra íntimamente vinculado a la pobreza. Somos pobres porque no existe calidad en la educación superior y en los niveles inferiores de enseñanza. Es la historia de nunca acabar, cruda, hartamente conocida y directa. Nada estamos haciendo para revertir la realidad, absolutamente nada.

martes, 10 de mayo de 2011

Edmundo Cruz, un periodista de estirpe

Volvimos a ver a Edmundo Cruz, esta vez en las calles de Chimbote; y sin embargo, conversamos lo mínimo indispensable. Lo ajetreado de su breve visita al puerto, el ir y venir de comunicadores, estudiantes, de ciudadanos que deseaban acercarse para estrecharle la mano y saludar personalmente al actual periodista de investigación de “La República”, profesor universitario de la especialidad, y protagonista del documental “La Cantuta en la boca del diablo”, lo impidieron. Igual, él sabe, en algún momento se lo dijimos, le hicimos saber la profunda admiración y estima que sentimos por su persona, por su trabajo.
Edmundo Cruz es un periodista de estirpe, de raza, un hombre sin miedo y auténtico cazador de información que encabezó la investigación sobre la desaparición de los nueve estudiantes universitarios y un profesor de La Cantuta en los años noventa, uno de los crímenes capitales por los cuales fue condenado el ex dictador Alberto Fujimori. Al equipo de periodistas de la revista “Sí” -que investigó el caso- el país le debe el desentrañamiento de una de las violaciones de derechos humanos más atroces que convulsionaron a la opinión pública de su tiempo, el sacar a la luz las manifestaciones más cruentas del terror de la violencia subversiva en la mega urbe y en el resto del país.
Sinceramente no creo que sea difícil hacer periodismo de investigación (…) y en nuestro tiempo, en nuestro país, las condiciones son excelentes porque existe la necesidad de investigar muchas cosas ocultas, porque tenemos una cultura de la corrupción institucionalizada, acentuada, y aquí el poco o nulo apoyo de los medios de comunicación para desarrollar este tipo de periodismo es evidente. Que el periodismo de investigación implica un riesgo, definitivamente implica un riesgo, pero no debemos olvidar nuestro compromiso con la verdad, con el pueblo, con los derechos humanos y el país (…) A los jóvenes periodistas siempre les digo que mirar hacia la investigación es importante, trascendente si queremos desarrollar la sociedad. Ahora, en este tiempo de blogs y redes sociales, hay más posibilidades de tener un medio independiente y sin presiones, en ese sentido creo que la independencia puede estar garantizada…”
Los cientos de chimbotanos que abarrotaron el auditorio de la Universidad San Pedro la noche del martes, durante la proyección del antes citado documental, le obsequiaron a Edmundo un prolongado y sincero aplauso. El maestro ya está viejo, tiene el andar cansino, el oído cada vez menos sensible, pero el ímpetu al tope para seguir impartiendo conocimientos y experiencias en las aulas y para viajar por el Perú comunicando su buena nueva: que el periodista no debe olvidar su compromiso con el pueblo, con la verdad. Muchas gracias Edmundo; nos alegra conocerte, maestro.

lunes, 2 de mayo de 2011

Chimbote: todos juntos por más cultura

En el marco de una importante iniciativa surgida al interior de la Cámara de Comercio y Producción de la Provincia del Santa, diversas instituciones vinculadas al quehacer cultural y educativo de la ciudad se reunieron hoy en la sede del gremio empresarial para dialogar sobre la realidad cultural del puerto e impulsar en adelante -juntos y de manera sostenida- una serie de actividades culturales e iniciativas que redunden en hechos concretos y trascendentes que permitan cambiar el rostro cultural de la ciudad.
En la cita estuvieron presentes representantes de la Universidad San Pedro, Universidad Alas Peruanas, Universidad César Vallejo, Cecopros, Ornitorrinco Editores, Marea cultural, diario virtual Chimbote en línea, entre otras organizaciones que apuestan por la cultura y han decidido formular propuestas y desarrollar acciones que redunden en la construcción de nuestra identidad como chimbotanos.
Entre las primeras actividades a desarrollarse en mayo y junio próximo por este nuevo colectivo cultural se encuentran una cena por la cultura de Chimbote y un seminario que servirá para reflexionar y capacitar a los agentes culturales en torno a las prioridades de nuestro puerto en materia de cultura y para sensibilizarlos en torno a la necesidad de trabajar unidos y caminar juntos en un proceso que nos atañe a todos como ciudadanos.
La Cámara de Comercio y Producción de la Provincia del Santa, gremio empresarial comprometido con el desarrollo de Chimbote, hizo un llamado a todos los sectores públicos y privados del puerto a sumarse a esta causa que busca consolidar la valiosa escena cultural de Chimbote y elevar a los entes correspondientes propuestas concretas alrededor de un sector tantos años postergado que hoy se busca revalorar.